lunes, marzo 19, 2007

Quiubo Panamá 19 de marzo de 2007


"La gratitud es un sentido vivo de futuros favores."
Robert Walpole

Subirá el precio de las carnes
DUSTIN GUERRA
Los consumidores deberán preparar sus bolsillos para asumir el incremento en el precio de la carne de cerdo, de pollo, y los huevos de gallina.
"El aumento por libra será de entre tres y cinco centésimos", reveló ayer Aníbal Bocaranda, presidente de la Asociación de Porcicultores de Panamá.
El precio del maíz –principal materia prima de la industria porcina– se ha disparado hasta el 40%, asegura Bocaranda. Los avicultores también prevén ajustes en sus precios a corto plazo.


CARRETERA. LA IDEA DE HACER ESTE PROYECTO SURGIÓ EN 1997.El nuevo diseño de la cinta costera Son 25 hectáreas de relleno para construir un parque, una vía de cuatro carriles y una ciclo vía. La Avenida Balboa se mantendrá, habrá semáforos para peatones y los carros circularán a 60 kilómetros. URANIA CECILIA MOLINA La cinta costera estrena diseño y proponentes nuevos. El proyecto, elaborado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Ministerio de la Vivienda (Mivi) y el Ministerio de Salud (Minsa), consiste en el relleno de 25 hectáreas de la bahía de Panamá para construir un parque y una vía de cuatro carriles.José Batista, director de desarrollo urbano del Mivi, explicó que el pasado miércoles recibieron el visto bueno del presidente, Martín Torrijos, para construirla.Pero el proyecto no ha sido visto con buenos ojos por sectores de la sociedad civil como la Alianza Pro-Ciudad. Jorge Rivas, miembro de este grupo, no entiende "la prisa" por realizar la obra y considera que para su diseño, construcción y financiamiento debió llamarse a licitación.Batista defiende las bondades de la cinta costera y asegura que el último diseño tomó en cuenta las recomendaciones hechas por la Alianza Pro Ciudad y los arquitectos Carlos Clement y Álvaro González Clark, quienes tienen una propuesta que todavía no se ha hecho pública.

Incendios, peligro en las alturas
SANTIAGO FASCETTO
MARIO A. MUÑOZ
Los limitados recursos, los pocos vehículos en el Cuerpo de Bomberos y los arcaicos reglamentos ponen en riesgo la seguridad de los rascacielos construidos en Panamá.
Poco se logra para que las entradas de los complejos residenciales privados tengan suficiente espacio para que los carros bomba ingresen al predio de manera rápida. Al menos 20 edificios de más de 60 pisos se construyen actualmente, según datos oficiales.
Los inversionistas rechazan aplicar normas internacionales de seguridad, pese a que los ingenieros y arquitectos locales las han adoptado como normas de referencia.
Una mujer busca en Google "¿Cómo matar a mi marido?". Y lo hizo

(PD)-. La Red, dicen, tiene todas las respuestas. Y después de conocer la historia de esta señora de armas tomas es una hipótesis que toma fuerza. La ínclita buscó en Google trucos para cómo asesinar a su marido.
Según publica el rotativo DailyRecord, el 18 de abril de 2004 Melanie McGuire buscó en Internet resultados que respondieran a sus dudas sobre términos como
* Venenos instantáneos
*Venenos indetectables
*Dosis fatales de digoxin
Pero como lo de los venenos no parecía convencerle y ya que vive en EEUU, se informó sobre las leyes de tenencia de armas en Nueva Jersey y Pennsylvania.
Y LO HIZO
Diez días después esta mujer mató a su marido utilizando un arma obtenida en Pennsylvania, para luego dividir su cuerpo en diversas partes que introdujo en maletas que posteriormente fueron localizadas en Chesapeake Bay.
El testimonio de Jennifer Seymour, que se encargó de encontrar los datos digitales de las búsquedas, fue la prueba más importante a la hora de acusar a McGuire.

La censura amenaza a la Red
(BBC Mundo).- Si usted está leyendo este artículo, tiene un buen motivo para dar algunos saltos de alegría: significa que logró salvarse de la censura. Un estudio realizado en cuarenta países, revela que el uso de las tijeras se está extendiendo a cada vez más rincones, esquinas, curvas y rectas de la red de redes.
La investigación forma parte de la "OpenNet Initiative", un proyecto conjunto de la Escuela de Derecho de Oxford y las universidades de Toronto, en Canadá y Cambridge y Oxford, en el Reino Unido.
Al menos diez de esos países se han convertido en lo que los expertos llaman "bloqueadores omnipresentes", evitando que sus ciudadanos puedan acceder a una amplia gama de materiales en Internet.
El informe pone a la luz una de las encrucijadas que afronta en el siglo XXI un sistema de comunicación que sus papás soñaron con todas las libertades, pero que en la actualidad no sólo es presa de regímenes políticos sino también de batallas corporativas.
LOS PAÍSES MÁS CENSURADORES
El principio de soberanía de los estados nacionales constituye el principal choque a estas libertades. Según la investigación, existe una gran tendencia a ir en la dirección inversa a la expansión de estas libertades. Los casos más alarmantes se dan en China, Irán, Arabia Saudita, Túnez, Birmania, Uzbekistán y Cuba, pero a éstos se suman otros.
Una de las más recientes muestras la dio Egipto, donde un tribunal sentenció a cuatro años de prisión a un blogger de 22 años al que encontró culpable de insultar a la religión y al presidente Honsi Mubarak en artículos publicados en 2004 en internet.
Otro ejemplo lo dio Turquía con su intento de aplicar una ley nacional que prohíbe cualquier crítica o ataque a su héroe nacional, Mustafa Kemal Atatürk. Griegos y turcos se enfrascaron en intercambios de insultos a través de la popular página YouTube en el que se pudo en duda las inclinaciones sexuales del "padre de la moderna Turquía", entre otras cosas.
LA POLÉMICA EN TURQUÍA
La justicia ordenó al principal proveedor de servicios de internet Türk Telekom que bloqueara al sitio en el país, algo que ocurrió el 6 de marzo pasado y duró tres días hasta que YouTube removió el material considerado "ofensivo".
Estas batallas entre las libertades de expresión y el poder de los estados ha llevado a varias organizaciones de derecho humanitario a tomar partida a favor de los ciudadanos. Amnistía Internacional creó incluso una página tendiente a combatir la censura política en internet: irrepressible.info.
En la era de la globalización, esta batalla entre ciudadanos y el poder político por la libertad de información se ha extendido a las corporaciones. Prueba de ello es la demanda presentada esta semana ante los tribunales estadounidenses por el grupo Viacom contra Google y su sitio de videos YouTube por $1.000 millones de dólares.
La batalla por los derechos de propiedad intelectual, así como por los derechos políticos es bien conocida por todos. Lo que quizás no se conoce muy bien es la batalla de las compañías para distribuir información y entretenimiento en todo el mundo a través de internet desafiando leyes, regulaciones locales y por sobre todo a la competencia.
LOS ATAQUES DE CHINA
El caso de las operaciones en China del buscador Google y de Microsoft demuestra a las claras que cuando se trata de abrir mercados un poco de autocensura no viene nada mal. En efecto, ambas empresas acordaron arrancar de raíz cualquier rastro de la palabra "democracia" de sus servicios de blogging.
Y aunque no sea visto como una censura política, lo que ocurre con Google en Escandinavia también es para muchos un digno caso de censura, ya que sólo se puede acceder a la versión del buscador en las lenguas locales.
Cuando las corporaciones no se autoimponen las restricciones, son los países o las empresas las que mejoran los sistemas de filtros a la información en la red de redes. Varios especialistas dicen que cada vez más países están aprendiendo de cómo China hace su trabajo de censura.
"CIBERGUERRA DE GUERRILLAS"
De lo que pocos hablan o conocen es de que en este trabajo de tijeras cibernéticas, cada vez más empresas privadas, especialmente en Estados Unidos y otros países democráticos y liberales, desarrollan la tecnología de avanzada. Algunas de ellas producen y venden herramientas de filtrado que identifican palabras o términos "no deseados" y bloquean el acceso de los usuarios.
En otros casos, las compañías privadas entran en lo que se ha dado en llamar la "ciberguerra de guerrillas", con técnicas de "fuerza bruta", que a través de ataques informáticos buscan destruir no sólo el material que se quiere censurar sino incluso los mismos servidores.
Si usted llegó a este punto del artículo, salte nuevamente, pero esta vez hacia la impresora. ¡Quién sabe cuánto podrá durar en la internet!

No hay comentarios.: