viernes, abril 13, 2007

Notitas Sueltas - El que no pone, no come

Me pareció una excelente segunda parte de una nota que hice hace algunos meses atrás (ver Diciembre 6, 2006) acerca de eliminar del registro de votantes a aquellos que viven en el extranjero. Sí es como borrarles la nacionalidad,pero este país también necesita sus manos y como lo dice el articulista, el voto en el extranjero puede llegar a sernos BIEN caro!

MEJOR SE DAÑA.
Voto en el extranjero
Rodolfo Bundy

Es interesante el tema del derecho a voto de los panameños no residentes y sus repercusiones en la vida política y económica nacional. Veamos algunas consideraciones. El sistema fiscal impositivo panameño opera bajo un régimen de territorialidad, es decir, los ingresos generados fuera del país no devengan impuestos o, dicho de otra forma, los panameños que trabajan y residen en el extranjero no pagan impuesto alguno y no contribuyen al fisco nacional.

Los costos de la implementación del voto para los panameños en el extranjero deberán ser incluidos en el presupuesto global de las próximas elecciones, esto incluye, como siempre, a los famosos observadores, monitores y demás célebres personajes que de seguro correrán a pelearse una de estas codiciadas plazas para darse su viajecito con viáticos incluidos. Ese costo nos será cargado a los bolsillos de quienes sí pagamos impuestos todas las quincenas.

Se imaginan ustedes que a raíz de este nuevo cambio, los partidos políticos salgan ahora a decir que deben aumentarles los subsidios electorales, pues ahora también deben hacer proselitismo y campaña internacional... ¡válgame Dios!

Los resultados de las últimas elecciones demuestran que el margen de diferencia entre el ganador y el más cercano rival es mayor que la cantidad de votos posibles en el extranjero para inclinar la balanza y cambiar el resultado final. O sea, como quien dice, da lo mismo que voten o no, para efectos prácticos.

Dicho en buen panameño, el que no po(ne), no co(me)... Esta frase, nacida de las entrañas del ingenio popular, pone el dedo en la llaga. A santo de qué, ahora nuestras autoridades quieren implementar esta novedad, habiendo tantos temas prioritarios en la agenda electoral del país y con tantas necesidades. Habrá que ver quiénes verdaderamente se benefician con estas nuevas inclusiones y los movimientos que conllevan, pues los que finalmente costeamos toda esta clase de disparates estamos muy ocupados trabajando día a día para pagar nuestros impuestos.

La ocasión es propicia para poner en la balanza los beneficios y costos que acarrea tal cambio y tomemos una decisión basada en los resultados, más allá del prurito de los magistrados por implementar tal sistema para estar a la par de los países primer mundistas y seguir la moda electoral que en este particular caso no se acomoda a nuestra realidad económica.

Nuestro sistema electoral ha demostrado ser uno de los mejores del continente y así lo han confirmado numerosos observadores internacionales que nos han visitado; el pueblo en general tiene una percepción muy positiva de la transparencia y confiabilidad en el moderno sistema de transmisión de resultados y el proceso de conteo de votos, entonces por qué van a empañar lo que hasta ahora ha funcionado perfectamente... como dicen por ahí, ¡mejor... se daña!
El autor es ingeniero náutico

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