jueves, septiembre 11, 2008

Ellas la mataron


Anoche estuve viendo un documental con el asesinato de una indígena norteamericana. Sucedió que la señora salió medio de parranda con dos amigas que ni lerdas ni perezosas la dejaron abandonada cuando se encontraron dos tipos (o sea, si salen juntas, regresan juntas, espero que les remuerda la conciencia hasta lo último por lo que hicieron), bueno, la señora también medio boba se puso a llorar al lado del teléfono y se sube al primer carro que pasó. Por supuesto, el tipo se la llevó al desierto y empezó a violarla, ella no se dejó así que el man la golpeó y apuñaló y la dejó ahí tirada con todos los instrumentos de tortura.
Pero lo mejor del cuento es que un par de policías, con gran tesón, decidieron seguir las huellas del carro y luego de horas de recorrer el desierto, se encuentran con un grupo de huellas, toda una reunión en medio del desierto, que extraño. Encuentran un celular recién tirado en el piso. Resulta que los dos tipos que iban en el carro se atascaron en la arena, llamaron al papá del dueño del carro para que los rescatara y el carro se atascó, llamaron una grúa, la grúa se atascó. Llamaron otra grúa. Mientras los estaba sacando (esto como a las 4 de la mañana) suena su celular y su esposa empieza a darle lata, el man bien frickeado lanza el celular y continúa su trabajo, recibe su cheque de pago y luego, una llamada de la policía. ¿qué hacía su celular en el desierto????
Bien, para hacerles el cuento corto, el culpable fue condenado a pena de muerte pero no sé si ya le dieron lo suyo y para acabar de rematar, era como asesino en serie, lo encontraron culpable de tres casos más.
Para que vean a lo que seguir una leve pista puede llevarte. Y ya saben la moraleja, no dejen solas a sus amigas por un p...., no lo vale!

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