martes, mayo 29, 2007

Notitas Sueltas - Lo que recibí por e mail

Está tan bueno, que les adjunto LA COLUMNA DE LA SEMANA de LA CARTA DE PANAMA

DESCONTROL Y ANARQUÍA.
Como hijos sin madre
BERNA D. CALVIT

La expresión "No hay madre para esos hijos" se usa cuando los hijos andan por su cuenta, sin sujeción alguna; cuando perdida la autoridad porque mamá "guindó los guantes", reina el descontrol y la anarquía y cada hijo hace lo que le viene en gana. Un país es semejante a un hogar; debería tener padres (los gobernantes) que no suelten el timón de la autoridad para que los ciudadanos no quedemos "al garete", como "hijos sin madre". Y creo que así andamos en el Panamá de mis amores.

Intento autoconvencerme de que las cosas no andan tan mal como parecen. Que los pestilentes asuntos que se destapan no son verdad; que son invenciones nacidas de la mala sangre de alguien, inquinas personales o rivalidades políticas. A ratos creo que estoy dormida, aunque veo el sol brillando o a la gente caminando rumbo al trabajo; tal vez porque es fuerte mi deseo de creer que al despertar habrá desaparecido lo que parece una pesadilla. ¡Qué ilusa! Todo es absolutamente real, verdades tangibles que no encuentran una cueva donde escabullirse a nuestros ojos porque son demasiados obvias la incompetencia, el dejar hacer, la impunidad. Los políticos en el poder y en la oposición, ambos, dedican sus energías a afincarse en el poder, o a recuperarlo, y no por buenas razones. Los señores de la empresa privada, en contubernio con las autoridades nos sangran el bolsillo sin empacho y al igual que los políticos, nos mandan relamidos discursos de honestidad y ética que olvidan a la hora de hacer negocios. "Salvo excepciones", como el título de un magnífico cuento del insigne Mario Benedetti, sobre los que se creen las excepciones.

¿Dónde está la génesis del caos y el desorden que estamos viviendo? De la ausencia de autoridad. Que se gana, se trabaja, que no cae del cielo. Nos hemos convertido en un país casi anárquico, donde los buenos ciudadanos se hallan impotentes ante la ley del más fuerte, fuertes en dinero, influencias, poder, fuerza bruta. El negocio de tierras del tío del presidente, Rodolfo Charro Espino destapó una olla de grillos en la que salió a flote que muchos se han servido de una ley creada para favorecer a los desfavorecidos no para especuladores en tierras; transacciones turbias que se hacen con el consentimiento de funcionarios pusilánimes, obsequiosos (y obsequiados), miedosos de ejercer su autoridad; que no se atreven a decir no, aun sabiendo que la operación es chueca. ¿En qué quedaron las tierras del Parque Omar, indebidamente apropiadas por algunos vecinos del parque? Desde octubre se ordenó al poderoso Jean Figali detener los trabajos en relleno en Amador y desafiando la orden, los continuó. Suntracs, grupo obrero que "se pasea" en la autoridad ajena, porque tiene problemas con el empleador, tiene la osadía de sitiar a los residentes de una barriada, restringiéndoles el acceso a sus casas. La Corte Suprema de Justicia falló en contra del alza de tarifas en el transporte del interior; el director del TránsitoŠ pasmado; y los transportistas amenazan e incurren en desacato porque hace ya muchos años andan por la libre, el más vívido ejemplo de burla a las autoridades. Que alguien me explique cómo los importadores se "saltan a la torera" las leyes sanitarias que impedirían la entrada de productos dañinos, vencidos o con etiquetas en idiomas desconocidos por los consumidores. Vivir en las vecindades de Calle Uruguay es una pesadilla; las noches son de escándalos, tranques, riñas, y borrachos; allí quedan muestras de necesidades fisiológicas y sexuales satisfechas; y la estación de policía, a un par de cuadras, no le hace ni fu ni fa ni los dueños, ni a los clientes de estos negocios. Y los tranques, ¡santo cielo! Por una cancha de básquet, el largo de las faldas de las estudiantes, la falta de agua o medicinas, por el nombre de la escuela, porque me da la gana. En el último incendio en Curundú, ante los ojos de policías, bomberos y funcionarios, los delincuentes, cual pirañas humanas, saquearon lo que encontraban a su paso sin mostrar temor alguno ante las "autoridades".

¿Por qué Panamá fue recientemente calificado como el país más inseguro de Centroamérica a pesar de contar con más policías por habitantes. Simple. Los maleantes saben que la policía, la PTJ y el Poder Judicial están picados por la corrupción; y de poco servirá equiparlos mejor si antes no los depuran y recuperan el respeto perdido. Porque saben que el "aprieta tuercas" está guardado y nadie se atreve a usarlo. Porque la autoridad está en estado catatónico. Y así andamos, "como hijos sin madre", "sueltos de madrina", "cometas reventadas".
La economía panameña goza de magnífica salud, dicen los expertos. ¡Enhorabuena! Estaríamos mucho mejor si los gobernantes se ocuparan de ejercer su autoridad para deshacerse de los ineptos, los corruptos, los camajanes, los pusilánimes. Y es patético que se escuden en "No me corresponde hacerlo; le toca al Poder Judicial"; "Eso es función de Anam, no de la AMP". "No puedo hacer nada, es asunto del Legislativo". Puro pasarse la pelota para no tener que ejercer la autoridad. Y así vamos, rumbo al despeñadero social aunque los bancos estén taqueados con dólares.


Dijo alguien que "Cuando los que mandan pierden la autoridad, los que obedecen pierden el respeto".


La autora es comunicadora social
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COMENTARIO DE "LA CARTA DE PANAMA"
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Excelente exposición. Sin miedo y sin tapujos. Lamentablemente, no hay peor sordo que el que no quiere oír, y aquí tenemos sordos de todo orden, presidenciales, ministeriales, diputados, etc., etc., que nos demuestran que los que hablan para exponer lo que ven y perciben, a veces parece que estuvieran en una cámara cerrada al vacío.
Pero la falta de eco no significa que el que habla claro y contundente, está solo. Hay muchos que van acumulando frustraciones y si los que mandan no se ponen las pilas, un día los ciudadanos reventarán......
La columna de la Sra. Calvit, por tanto, merece ser la COLUMNA DE LA SEMANA.
El autor de la frase que citó la autora es Lichtemberg.

EL MILAGRO DE ESTONIA.

Conversando con Mart Laar
Ramón Barreiro

Gracias a la invitación para hablar en el CADE, tuvimos la dorada oportunidad de oír y departir con Mart Laar, quien fuera el primer presidente de la nueva Estonia, después de desintegrada la Unión Soviética. Con nada que perder, el nuevo gobierno optó por tomar medidas verdaderamente revolucionarias para salir adelante. Entre esas reformas es más conocida la adopción de un sistema fiscal de tasa única (flat tax). Para oír más sobre el milagro de Estonia, el presidente de la Fundación Libertad, Roberto Brenes y Mart Laar conversaron frente a una cámara por 27 minutos. He aquí lo más importante de esa conversación.

¿Es Mart Laar un economista importante o un financista experto? La gran inspiración de las reformas estonianas vienen de la historia. Laar es un historiador y el estudio de las experiencias en materia fiscal del pasado distante y reciente le demostró que sistemas impositivos complejos y cundido de excepciones nunca han funcionado, amén que son un foco importante de corrupción. Estonia apostó a que un sistema simple no solo sería más fácil de administrar sino que incentivaría a la gente a pagar; y así sucedió.

Lo más impactante del simple sistema estonio, es que no da cabida a exoneraciones ni privilegios con lo que eliminaron (o mejor dicho, nunca se pusieron) requisitos, permisos, licencias y certificaciones con que todo sistema de excepción se administra y con ello la burocracia que nos mata. Esta desaparición de trámites y requisitos mayormente inútiles, ha causado en Estonia una fuerza liberadora de las ambiciones y energías ciudadanas con lo que implícitamente se introducen actitudes pro-ciudadano, pro-competencia y pro-empresarialismo.

En pocos años esta nación con un tercio del territorio de Panamá y con la mitad de los ciudadanos, pasó de ser un apéndice olvidado de la megamafia soviética, a ser el país número 19 en calidad institucional en el mundo. De allí que no sorprende que Estonia sea la cuna de iniciativas empresariales como Skype -el sistema telefónico por internet- y que sus empresarios navales, que hace poco no tenían nada, hoy controlen buena parte del comercio marítimo en el Báltico oriental. Es difícil decir algo así de América Latina ni contando cien años para atrás.

Mucho se dice ahora del éxito económico de Estonia, pero poco sobre la transición política que hizo posible la plataforma de su programa de gobierno. Mart Laar nos conversa sobre el deplorable estado en que dejaron los soviéticos el país y cómo la nueva nación se fue levantando alrededor de un sistema jurídico que retoman de sus anteriores leyes. Basados en el modelo alemán, el sistema legal y jurídico anterior a 1940 rápidamente se adecua a las necesidades del nuevo estado no solo garantizando e inspirando un respeto por los derechos, cosa nunca vista en la vieja Unión Soviética. Pero además un sistemático y pulcro proceso contra la corrupción y los corruptos, comunistas o no, y el cual produjo muchas y ejemplares condenas dentro de procesos judiciales formales y transparentes. A pesar del éxito y la importancia del Estado de Derecho, Mart Laar acepta que el pleno desarrollo de las instituciones jurídicas "no es una carrera corta".

Una de las grandes ironías del éxito de Estonia fue y ha sido la oposición abierta de las IFIS a las reformas. Más de una vez durante la conversación Mart reiteró la oposición abierta y deliberada del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial a su programa. A pesar de ello, Estonia siguió adelante. Por esa misma razón a Mart Laar no le preocupa hoy la posición de la Comunidad Económica Europea sobre sus bajos niveles de impuesto. Tampoco le preocupa, como a Roberto Brenes, los anhelos de la burocracia comunitaria en Bruselas, quienes ven en subir los impuestos la venganza de los grandes gobiernos europeos, gordos e ineficientes. Mart Laar es optimista y afirma que la mayoría de los gobiernos creen en la competencia tributaria (tax competition) en buena parte inspirado por Estonia. Según él, muchos gobiernos ahora buscan adoptar sistemas simples y bajos; empezando por sus vecinos Finlandia y Georgia. Pronto el sistema de flat tax será realidad en la república Checa, y Mart Laar no descarta que el nuevo gobierno francés se mueva en esa dirección. Pareciera que la fórmula es optimismo, contagio y atacar a la gran burocracia en vez de defenderse de ella.

¿Y qué dice Laar sobre la América Latina? Sonreído por el comentario de su interlocutor de que América Latina es el "continente del futuroŠ y siempre lo será", Laar ofrece un consejo y un comentario final. "He recorrido muchos países y he visto personas distintas: todos somos iguales". Lo que necesitamos son reglas simples y claras; si se privilegia la iniciativa privada, "se pueden tener nuevos Bill Gates en un garaje pronto". Hasta aquí el consejo. El comentario, agudo y vergonzante, también es sencillo. "Ustedes latinos", ya saben qué hacer, pero tienen que "bajarlo de su cabeza a su corazón".

La versión completa en inglés y subtitulada de la conversación de Mart Laar y Roberto Brenes estará disponible en la página web www.fundacionlibertad.org.pa desde esta semana.


El autor es el vicepresidente de la Fundación Libertad
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COMENTARIO DE "LA CARTA DE PANAMA"
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Me temo que a los que nos mandan no les va a interesar ninguna forma de simplificar nada, y menos los impuestos. Para ellos, el río revuelto es mejor. Pues ellos son pescadores oportunidas y rapaces, se encuentran mas cómodos cuando la complejidad aritificial sirve de manto para esconder la basura de sus actividades.
Pero no todo está perdido. El solo hecho de que el Sr. Laar habló y hubo quien le escuche, y estando entre nosotros el Sr. Roberto Brenes, hay esperanzas de que las cosas se puedan simplificar para que funcionen mejor.
La columna del Sr. Barreiro, por tanto, merece la distinción de ser también la COLUMNA DE LA SEMANA.

"Simplicidad es hacer la
jornada de esta vida con
solamente el equipaje suficiente."

- Charles Dudley Warner (1829-1900)
-estudunidense-- periodista, autor, editor, publicista

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