lunes, enero 28, 2008

Diálogo interreligioso

Entregan un premio ecuménico al Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos

Encuentro en el Pro Unione con varios líderes ecuménicos
ROMA, viernes, 24 enero 2008 (ZENIT.org).- El Centro Pro Unione y el Lay Centre de Roma organizaron el jueves por la noche una celebración ecuménica en la que se entregó un premio al Consejo Pontificio para la Promoción entre los Cristianos y a la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de las Iglesias.

En la entrega del galardón, el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad entre los Cristianos recordó que «la unidad de los cristianos es el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo».

«No es una opción, es un mandamiento, un deber sagrado --aclaró--. Jesucristo ha constituido una sola Iglesia y los cristianos debemos estar juntos para dar un testimonio común en un mundo que está cada vez más secularizado».

El director del Centro Anglicano de Roma, el reverendo John Flack, subrayó a Zenit la importancia de los cien años de la Semana para la Unidad entre los Cristianos: «Esta celebración ha sido muy hermosa, pues ha recordado al padre Paul Couturier y al padre Paul Wattson que empezaron esta semana y esperamos en otros cien años de oración conjunta no sólo durante esta semana sino todo el año».

El director del Centro Pro Unione, uno de los lugares ecuménicos más emblemáticos de Roma, el padre James Puglisi, ven en estos cien años de semanas ecuménicas como un signo de esperanza.

«Para mí esto es algo que da gran alegría y un signo de esperanza de que todo es posible siempre y cuando no dependamos de nosotros mismos sino del Espíritu de Dios», revela el padre Puglisi, que también es superior general de la Sociedad del «Atonement», fundada por el padre Wattson.

El reverendo anglicano John Tucker Mugabi Sentamu, ugandés y segunda personalidad de la Iglesia de Inglaterra después del Arzobispo de Canterbury, apostó por la vía ecuménica según la visión de Juan Pablo II.

«Sueño ver un día lo que el Papa Juan Pablo II dijo en uno de sus pronunciamientos más fuertes: el ecumenismo que buscamos no es una absorción de Iglesias, no es una fusión, sino un encuentro en la Verdad y en el Evangelio de Jesucristo», explica el representante anglicano.

Donna Orsuto, profesora de espiritualidad en la Pontificia Universidad Gregoriana, directora del Lay Centre, institución para estudiantes en el corazón de Roma con una intensa inspiración ecuménica, constata: «El movimiento ecuménico está realmente vivo y hay esperanza para el futuro del ecumenismo, mientras continuamos rezando sin cesar».

El cardenal alemán Walter Kasper, finalmente, presentó el ecumenismo como intercambio de dones: «Como dijo Juan Pablo II el diálogo ecuménico no es sólo un intercambio de ideas sino un intercambio de dones».

Por Miriam Díez Bosch

Benedicto XVI: El secularismo occidental, quizá más insidioso que el marxista
Advertencia a los obispos eslovenos

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 24 enero 2008 (ZENIT.org).- Según Benedicto XVI, el secularismo occidental es más insidioso que el marxista.

Así lo explicó este jueves al reunirse con los obispos de Eslovenia que concluían su visita «ad limina apostolorum» al Papa y a sus colaboradores de la Curia romana.

Según el Papa, el secularismo es «el principal reto que tiene que afrontar la Iglesia» en ese país, que tras la segunda guerra mundial vivió bajo el régimen comunista, independiente de Yugoslavia desde 1991.

«El secularismo de carácter occidental, diferente y quizá más insidioso que el marxista, presenta señales que no pueden dejar de preocuparnos», explicó a los prelados eslovenos.

Entre las manifestaciones del secularismo, el Papa se refirió, «por ejemplo, a la búsqueda desenfrenada de bienes materiales, la reducción de la natalidad y la caída de la práctica religiosa, que lleva aparejada la disminución de las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada».

En este contexto, lanzó a Eslovenia el llamamiento que había dirigido Moisés al pueblo de Israel cuando se disponía a entrar en la Tierra Prometida: «Escoge la vida».

«Cada generación está llamada a renovar la elección entre la vida y el bien, la muerte y el mal. Y nosotros, como pastores, tenemos el deber de indicar a los cristianos el camino de la vida, para que ellos sean a su vez la sal y la luz de la sociedad».

Por ese motivo alentó a la Iglesia de Eslovenia «a responder a la cultura materialista y egoísta con una acción evangelizadora coherente que parta de las parroquias».

«De hecho, más que de otras estructuras, de las comunidades parroquiales pueden y deben venir iniciativas y actos concretos de testimonio cristiano», dijo.

El cristianismo, antídoto ante el individualismo en Europa; según Benedicto XVI
Discurso a los obispos de Eslovenia

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 24 enero 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI explicó este jueves que el cristianismo es el antídoto con el que cuenta Europa para que el cáncer del individualismo no acabe con la visión de una comunidad justa y solidaria.

Lo explicó a los obispos de Eslovenia, país con dos millones de habitantes, en su mayoría católicos, que en 2004 entró en la Unión Europea, en donde circula el euro desde 2007, y cuyas fronteras están abiertas a las de otros países del continente (se ha aplicado el Tratado de Schengen para la libre circulación) desde finales del año pasado.

Además, como el mismo Papa recordó, «como coronando la evolución» de este país que sufrió el yugo del comunismo yugoslavo, «en este semestre se ha confiado a Eslovenia la presidencia de turno de la Unión Europea».

«Si Europa quiere permanecer y convertirse cada vez más en una tierra de paz, conservando como uno de sus valores fundamentales el respeto de la dignidad e la persona humana, no puede renegar del elemento principal --a nivel espiritual y ético-- de este fundamento, es decir, el elemento cristiano».

«Los humanismos no son todos iguales, no son equivalentes desde el punto de vista moral». El Papa aclaró que no se estaba refiriendo «a los aspectos religiosos, me estoy limitando a los ético-sociales».

«La visión del ser humano que se adopta tendrá diversas repercusiones en la vida civil», aclaró.

«Si, siguiendo una tendencia muy difundida hoy, se concibe al ser humano de forma individualista, ¿cómo se puede justificar el esfuerzo para construir una comunidad justa y solidaria?», preguntó.

El Papa citó una carta escrita por los obispos eslovenos el 23 de abril de 2004, con motivo de la entrada en la Unión Europea de su país, en la que afirmaban: «El cristianismo es la religión de la esperanza en la vida, en la felicidad sin fin, en el alcance de la fraternidad para todos los seres humanos».

El pontífice reconoció que esas palabras son «válidas para todos los continentes, y también en una Europa, donde muchos intelectuales todavía vacilan a la hora de aceptar el hecho de que "la razón y la fe se necesitan mutuamente para realizar su verdadera naturaleza y su misión"», concluyó citando su reciente encíclica «Spe salvi» (número 23).

Benedicto XVI: El mundo que sufre por la ausencia de Dios necesita cristianos unidos
Audiencia general en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 23 enero 2008 (ZENIT.org).- El mundo que sufre por la ausencia de Dios tiene necesidad de la unidad entre los cristianos separados en iglesias y confesiones, explicó Benedicto XVI este miércoles.

Lo aclaró durante la audiencia general en plena Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que concluirá el próximo 25 de enero, fiesta de la conversión del apóstol Pablo.

«El mundo sufre por la ausencia de Dios, por la inaccesibilidad de Dios, desea conocer el rostro de Dios», reconoció el Papa ante miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI.

«Pero, ¿cómo podrían y pueden los hombres de hoy reconocer este rostro de Dios en rostro de Jesucristo si los cristianos estamos divididos, si uno enseña contra el otro, si uno está contra el otro?», preguntó.

«Sólo en la unidad podemos mostrar realmente a este mundo, que lo necesita, el rostro de Dios, el rostro de Cristo», dijo.

Cien años de ecumenismo espiritual

La intervención del pontífice sirvió para hacer un repaso de cien años de ecumenismo, pues la Semana de oración cumple un siglo de vida.

«Mientas damos gracias al Señor por estos cien años de oración y de compromiso común entre tantos discípulos de Cristo», el Papa recordó «con reconocimiento al pionero de esta providencial iniciativa espiritual», el padre Paul Wattson, anglicano estadounidense, que pasó después a la comunión plena con la Iglesia católica y fundó la comunidad de hermanos y hermanas del Atonement.

«Cuando después sopló el viento profético del Concilio Vaticano II se experimentó aún más la urgencia de la unidad --evocó--. Después de la asamblea conciliar continuó el camino paciente de la búsqueda de la plena comunión entre todos los cristianos, camino ecuménico que año tras año ha encontrado precisamente en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos uno de los momentos más apropiados y fecundos».

Según constató, «gracias precisamente a este ecumenismo espiritual --santidad de vida, conversión del corazón, oraciones privadas y pública--, la búsqueda común de la unidad ha experimentado en estas décadas un gran desarrollo, que se ha diversificado en múltiples iniciativas».

En particular, explicó, se ha pasado «del recíproco conocimiento al contacto fraterno entre miembros de diversas iglesias y comunidades eclesiales, de conversaciones cada vez más amistosas a colaboraciones en diferentes campos, del diálogo teológico a la búsqueda de formas concretas de comunión y de colaboración».

El alma del ecumenismo

Para el Papa la oración es el alma del ecumenismo, pues «es evidente que no podemos alcanzar esta unidad únicamente con nuestras estrategias, con el diálogo y con todo lo que hacemos, aunque es sumamente necesario».

« Lo que podemos hacer es ofrecer nuestra disponibilidad y capacidades para acoger esta unidad cuando el Señor nos la da».

« Este es el sentido de la oración: abrir nuestros corazones, crear en nosotros esta disponibilidad que abre el camino a Cristo», indicó.

Según el obispo de Roma, «la oración por la unidad ha alentado y acompañado las diferentes etapas del movimiento ecuménico, particularmente a partir del Concilio Vaticano II».

Un balance

«En este período la Iglesia católica ha entrado en contacto con las demás iglesias y comunidades eclesiales de oriente y occidente con diferentes formas de diálogo, afrontando con cada una esos problemas teológicos e históricos surgidos en el transcurso de los siglos y que se han convertido en elementos de división».

«El Señor ha permitido que estas relaciones amistosas hayan mejorado el recíproco conocimiento, que hayan intensificado la comunión, haciendo al mismo tiempo más clara la percepción de los problemas que todavía quedan abiertos y que fomentan la división».

El obispo de Roma concluyó dando gracias a Dios «que ha apoyado e iluminado el camino hasta ahora recorrido», «surgido por el impuso del Espíritu Santo» y «cada día más amplio».

Benedicto XVI presidirá el 25 de enero la celebración de las segundas vísperas de la solemnidad de la conversión de san Pablo apóstol, en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma, como conclusión de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

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