domingo, septiembre 02, 2007

¿Quién nos envió veneno desde China?

"La sabiduría se halla sólo en la verdad."

Johann W. Goethe

SE CALCULA que más de un centenar de panameños puede haber muerto a causa del envenenamiento con di-etilenglicol, compuesto químico utilizado para fabricar refrigerantes y que es utilizado por falsificadores chinos de glicerina para obtener malditas ganancias ilegales. El New York Times, en su edición del sábado 5 de mayo, dedicó amplio espacio a un completísimo reportaje sobre el origen de esta tragedia que nos ha tocado vivir en Panamá.

Produce rabia e impotencia constatar cómo las autoridades de países en vías de desarrollo obstaculizan las investigaciones que tienen que ver con procesos donde el resultado final es la muerte de seres humanos inocentes quienes, en búsqueda de aliviar un malestar menor, causado por un resfriado o por alguna molestia que les produjo tos, han encontrado en lo que creían era medicina, la muerte.

En China, un sastre de una pequeña comunidad rural hizo fortuna sustituyendo glicerina por di-etilenglicol. Está detenido, esperando una sentencia que podría llegar a ser la pena de muerte. Claro, su desmedido afán de lucro causó la muerte de al menos 18 ciudadanos chinos. Pero las investigaciones periodísticas que ha hecho el New York Times sobre las muertes en Panamá, han chocado con la evasiva actitud de funcionarios del gobierno comunista de la China Popular. El gerente de la fábrica de glicerina, apellidado Wan, no quiso ofrecer declaraciones.

En una jugarreta que se antoja leguleya, según el diario estadounidense, las autoridades médicas chinas se han declarado impedidas para adelantar una investigación sobre el origen de las muertes causadas en Panamá, con el pretexto que no tienen jurisdicción para investigar una fábrica de un producto industrial que no es para consumo humano.
Todo apunta a que no sólo en Panamá, nuestras muertes podrían quedar impunes. ¡Qué verdadera tragedia!

*************Comentario de Luis Paz Mollah************:
El chino responsable de esta maldición, que en realidad acabó con la vida de más de cuatrocientos panameños aunque nunca se sabrá la cifra exacta pues la tragedia aún continúa, se llama Wang Gui Ping, de 41 años de edad. Pero este veneno es sólo parte de lo que nos envía la República China Popular a nuestro país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El chino que empezó todo encima se chinguió toda la plata. La directiva de la CSS es responsable por no tener los equipos para ver lo que compran. El tipo que la vendió aquí es culpable por omisión por no importarle qué fue lo que le compró a los españoles. Los españoles son unos vivos siempre se limpian y andan metidos en muchas vainas sucias. El gobierno chino y los chinos en general de allá son unos corruptos y nunca les ha importado cómo hacen dinero con tal de hacer bastante y rápido. Las multinacionales en general todas son una basura porque los miembros de las juntas directivas les importa tanto la gente como le importaban a cualquier señor feudal de la Edad Media.

No quieres tener que comer pollo deTyson Food entonces no le compres a Melo con son sus socios y Tyson Food hace rato que está teniendo problemas hasta dentro de USA