Tengo que contarles algo que me sucedió la semana pasada. Resulta que yo tengo lo menos cinco años que no ando por la calle que baja del antiguo Gorgas a la Avenida de los Mártires pero como iba para Calle 50 y andaba por Balboa, se me ocurrió que era la mejor manera de esquivar el tráfico en la Avenida Nacional (los cinco minutos de ahu... y los seguí multiplicando...). Bueno, mi intención era girar a la izquierda y cuando me pongo en el semáforo, veo un letrero en grande con una flecha a la izquierda tachada NO PUEDE SER!!! y ahora que hago. Pero por no pensar, idiota yo, enseguida tiré el timón a la derecha y avancé (siguientes cinco minutos). Entonces fue que pensé...Ayala, si esos carros están esperando y si yo giro para la derecha salgo al puente de las Américas y me perdí, dónde se da la vuelta? Nada, que miro por el retrovisor, no hay carro, la mejor manera de corregir fue retrocediendo. Ahí mismo me atajó el tongo. Ni me preguntó razones, encima el muy pato ni siquiera escribió la boleta sino que puso a la asistente a escribirla así que me trabó los $30.00 dólares sin mayores contemplaciones. Es una pena que vivamos en un estado policíaco que prefiera clavarle una multa y hacerle pasar por el shock que yo pasé (mientras esperaba que me escribieran la boleta tuve que poner el freno de manos porque me empezó a temblar la pierna y lloré hasta Calle 50) a ayudar a los ciudadanos.
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