lunes, febrero 14, 2011

Síndrome de Medea


Alessia y Livia Shrepp desaparecidas de Córcega

En la mitología griega Medea se venga de Jasón cuando la abandonó por otra mujer matando a los dos hijos que tenían en común y asegurándose de que viviría para enterarse. Hoy se conoce como Síndrome de Medea y ha saltado de nuevo a los diarios con el caso de Matthias Schepp que secuestró e hizo desaparecer a sus hijas antes de suicidarse. Una carta a su ex mujer contándole que "no verás más a las niñas. No han sufrido, descansan en paz en un lugar seguro" ha hecho saltar las alarmas y vaticina el peor de los finales.

El experto en criminología Francisco Pérez Abellán, en declaraciones a Periodista Digital, diagnostica este síndrome en el caso francés pero subraya que, a pesar, de lo incomprensible del suceso son casos "muy frecuentes" .

"En España hace menos de un año una mujer en Barcelona mató a los dos hijos que tenía con Martin Anthony Smith al descubrir que su marido era uno de los pederastas más buscados por la brigada de localización de fugitivos".


Estas venganzas "estúpidas que rayan el ridículo" necesitan, a juicio de Pérez Abellán,

"Una verdadera y constante respuesta social para demostrar a los maltratadores que no lleva a ninguna parte. Es una tragedia griega que sólo depara desolación y muerte."

Para este experto, la ausencia de una presión social contra este tipo de acciones provoca que la persona despechada, "muchas veces alentada por su entorno", protagonizar estos arrebatos de "honor calderoniano".

"Hay que tener en cuenta que los locos matan muy poco. El caso de este hombre está motivado por la soberbia de no permitir que su mujer se salga con la suya. Es el acto de un psicópata que, según mi experiencia en el mundo del crimen, tienen total percepción de la realidad."

En el caso de Alessia y Livia Schepp (las niñas desaparecidas en Italia), Francisco Pérez Abellán confirma los peores presagios y ve muy difícil que se localicen los cadáveres que pueden estar "en cualquier grieto o, incluso, las niñas pueden haber sido arrojas por la borda del ferry entre Marsella y Córcega.

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