martes, enero 26, 2010

De la autorregulación o el regreso a los viejos buenos tiempos

En mi infancia, recuerdo que no todo el mundo tenía televisión, sobre todo en el interior de la República. Para los lectores jóvenes, solamente había dos canales...sí, solamente dos. Televisora Nacional que era FATAL y RPC. Daban el noticiero y luego, el Chavo del Ocho, lo odiaba, pero era el Chavo o acostarse temprano porque muy pocas veces me dejaban jugar en la calle hasta tan "tarde". Se acababa el noticiero, nada "fancy" por cierto y empezaba el Chavo. Cinco minutos después que comenzaba el Chavo, miraba hacia la terraza y para mi asombro, un pequeño grupo de expectadores estaba sentado en el piso a la entrada de la casa. Se compartía la televisión y a las ocho de la noche, Topo Gigio nos enviaba "a la camita".
Luego, empezaron más canales, la competencia se incrementó. Con la democracia TVN se fortaleció y era "sin novelerías". Honestamente, no recuerdo cuando el espacio familiar de las siete cedió su paso a las novelas. Encima, las novelas son a toda hora, desde el desayuno hasta la hora de dormir. Supongo que a Tieta do agreste (Chica Da Silva) ya no la pasarían a medianoche, probablemente sea en el horario de las siete. Creo que debemos hacer algo por recuperar nuestra tanda familiar. Esos eran viejos buenos tiempos.

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