martes, marzo 25, 2014

Altos y Bajos de un Cerdem

Publico de acuerdo a lo recibido: Mi padre era un empleado público en los 80s y 90s. Trabajaba en ese entonces, en el Banco Nacional de Panamá. El falleció la década pasada. Cuando anunciaron que finalmente, luego de tantos años, el presente gobierno habia decidido honrar la deuda de los XIIIer mes de los servidores públicos, no sabíamos si sentirnos agradecidos o no. Después de algunas averiguaciones, logramos confirmar que mi mamá como viuda podía recibir sus cerdem. Sólo había que acudir a un juzgado municipal que certificara quién era el heredero del servidor fallecido. El periplo es así; primero hay que ir al Banco Nacional que entrega una certificación de la cifra que se adeuda. Luego, hay que obtener certificados de defunción, matrimonio, etc. Luego, hay que acudir al juzgado. Allí le dirán si la documentación presentada es toda la requerida, usualmente no lo es, hay que volver a buscar alguna documentación. Pero finalmente, reciben los documentos. Que salga la certificación puede tomar de dos semanas a un mes. En nuestro caso, fue casi un mes. Con el documento en la mano, regresamos al Banco Nacional. Allí, a mi mamá le entregaron los certificados. En el caso de sus ex funcionarios, el Banco recibe los cerdem a una tasa bastante atractiva. Baje al primer piso, allí le harán el cambio. Allí se fue todo por la cañería. El Juzgado había dirigido la carta, no al Banco Nacional pero a la Caja de Seguro Social, los cerdem totalizaban 0.37 más que lo que decía el escrito y por último, el Banco quería que el Juzgado señalara que aparte de entregar los Cerdem, debía proceder a «pagarlos». Regresamos al Juzgado, arreglaron el destinatario. Pero no, no pueden arreglar la cantidad porque el Banco en su primer documento, se había equivocado y no había incluído los 0.37 centavos. Regresamos al Banco. Caramba, que inconveniente. Nuevo documento con la cantidad correcta. Ya no pudimos regresar al Juzgado esa tarde. Yo regresé posteriormente a llevar el documento. No me lo pueden recibir. El sello que usaron para la firma fue con tinta negra «y parece una fotocopia ¿Porqué no le pusieron un sello del departamento?» Llamé por teléfono al Banco, no lo podían creer. Afortunadamente hicieron nuevamente el documento, con tinta azul, con sello y fueron tan amables de dárselo a un tío que trabaja allí y quien posteriormente me lo entregó (las peripecias de esa entrega formarán parte de otro escrito). Regreso al Juzgado. Como ya mi mamá habia firmado el «recibido» se suponía que yo podría retirar el documento. Tengo que acreditarles que se quedaron después de las 5:00 a hacerlo. Llega el documento. No, yo no puedo retirarlo. Y no, no le agregaron «Páguese a». Explico que el documento no nos sirve sin eso. (Total, los cerdem ya los tenemos, lo que sucede es que no los han pagado...). Aceptan estudiar el caso. Una semana después, mi mamá logra que alguien levante el teléfono. Si ya está listo! Aleluya. Aunque leyéndolo bien, el apellido no está bien escrito. No importa, la secretaria lo cambia mañana. Eso no es complicado. Mañana nadie contesta. Pasado, mandan a decir que llamarán cuando esté listo. Hace más de una semana. El documento ya está en la computadora. ¿Agregar dos letra toma tanto? Cuál es el interés en que las personas puedan disfrutar finalmente de lo que se les adeuda hace más de 20 años?