viernes, mayo 15, 2009

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La reacción de la excandidata presidencial luego de su derrota ha sido una de las cosas más bochornosas que yo he visto en la política panameña. No es solo una mala perdedora que no quiso siquiera llamar y felicitar a su adversario luego de que el Tribunal Electoral reconociera su triunfo, sino que ha demostrado ser una persona super rencorosa, arrogante y prepotente. Mucho peor que los rabiblancos a los que ella ha criticado.
Si Martinelli no era el mejor candidato, Balbina era 10 veces peor.
Esta noticia la debemos recordar cuando salgan las placas en los carros con el lema: "Yo no tengo la culpa, yo no voté por él". Creo que esta vez vamos a tener que usar placas que digan: "Lo siento, yo voté por él, pero con ella hubiese sido peor."

Saludos, LC

Balbina Herrera insulta a varios copartidarios en un restaurante
Testigos aseguraron a Panamá América que la ex candidata presidencial hablaba en un tono muy agresivo y su hija no pudo convencerla para que cesara los insultos y salieran del local.

Ereida Prieto-Barreiro
PA-DIGITAL

Sorprendidos dejó la ex candidata presidencial oficialista, Balbina Herrera, a algunos de sus copartidarios a quienes acusó de "traidores" frente a otros políticos que se encontraban en el restaurante Manolo de Obarrio.

A eso de las 10:30 a.m. del pasado martes, Herrera sostuvo una conversación fuera del restaurante con otros copartidarios por un lapso de 45 minutos, cuando llegó el perredista Pedro Pereira, al verlo dijo en tono molesto: "Me voy porque no quiero ver ni estar donde están los traidores".

Sus acompañantes le pidieron que dejara "el asunto" así, pero Herrera prefirió levantarse, por lo que su hija, Yasira, decidió seguirla. A los pocos minutos regresó, pero su rostro no era el mismo, expresó uno de los comensales del lugar.

Ataque. Herrera irrumpió abruptamente en el restaurante y se dirigió a la ahora conocida "mesa de la paella", en la que departían Pereira, Alfonso "Trocha Abierta" Castillero, Eduardo "Rumba" Alfaro y Enrique "Kique" Zarak.

Con la mano en alto y señalando con su característico dedo, dijo a Pereira que era un "traidor. No sólo me traicionaste a mí, sino al partido", expresó agresivamente. En ese momento, el bullicio del local desapareció y todo quedó en silencio, todas las miradas estaban sobre Herrera.

El dedo de Herrera siguió señalando, le tocó el turno a Castillero, le dijo que iba a tener que “esperar al 2014 si quería que le pagara los 40 mil balboas” en publicidad que le adeudaba o que se los pidiera a Ricardo Martinelli. Castillero contestó que no se preocupara porque "una persona decente" ya le había cancelado la deuda y que no eran 40 mil, sino 60 mil balboas, porque había una rebaja.

No se salvaron. Alfaro, quien pensaba que no le tocaría ni un insulto, se sorprendió cuando Herrera le dijo que esperaba que hubiese ganado suficiente dinero con la apuesta que había hecho en su contra.

“No te portaste correcto conmigo y lo sabes”, manifestó la ex candidata.

En tanto, su hija la tomaba del brazo y le pedía que “por favor” abandonaran el lugar, pero ella le respondió que tenía que encarar a los traidores.

Para apaciguar la situación, Zarak invitó a la mesa a la ex candidata, pero ésta le respondió "y tú quién eres para invitarme a sentar, acaso nos conocemos" y éste le respondió que era hermano de Lucas Zarak (q.e.p.d.).

En ese momento, Herrera miró hacia la otra mesa; y su rostro quedó enrojecido del enojo, según cuentan los presentes del incidente. Entonces se dirigió en igual tono a John Evans, a quien también le dijo que era un traidor y que se las pagaría. Carlos Ozores y Raúl Montenegro, quienes estaban junto a Evans quedaron estupefactos.

"Me las van a pagar y si piensan que esto terminó aquí, pues están equivocados porque nos veremos en el 2014, ya verán lo que les digo", advirtió.

Reacción. “Sentí que afloró la verdadera Balbina, esa que vimos en una cuña política en la que señalaba con energía mientras insultaba a un precarista", dijo uno de los testigos.

Señaló que “nadie” se atrevió a contestarle de la misma manera a Herrera, quien insistía en que todos eran “desleales”.

Mientras, una de las meseras dijo que se asustó porque pensaba que Herrera iba a golpear a los de la mesa. "Gracias a Dios nadie discutió con ella", agregó.

Herrera les dijo a los perredistas presentes que habían traicionado al partido. La hija de Herrera trató, sin éxito, de sacarla del restaurante.